En el Año de Murillo, qué pena y qué vergüenza cómo está la emblemática Plaza de Santa Cruz, donde se supone que reposan sus restos. Setos perdidos o con oídio, clivias arrancadas o en pésimo estado, el rosal de pitiminí crece asilvestrado sobre las copas de los árboles, los rosales de Sevilla sin ninguna formación y los turistas pasando masivamente e intentando fotografiar las pocas flores en buen estado. Espero que el Ayuntamiento de Sevilla tome medidas en lo que a urbanismo y protección del potencial turístico se refiere. Jueves, 16 de Marzo de 2017